viernes, 5 de febrero de 2016

Día en Día

Día en Día



Oh mi Dios, yo encuentro cada día
Tu poder en todo sin sabor;
Por la fe en tu sabiduría
Libre soy de pena y temor.
Tu bondad, Señor, es infinita,
Tú me das aquello que es mejor;
Por tu amor alívianse mis quejas
Y hallo paz en el dolor.

Cerca está tu brazo cada día
Y por él recibo tu favor,
¡Oh Señor, mi alma en ti confía,
Eres tú mi gran Consolador!
Protección prometes a tus hijos
Porque son tesoro para ti;
Hallo en ti constante regocijo,
Sé que tú velas por mí


Tu poder me ayuda cada día
A vencer en la tribulación;
Tengo fe, pues tu promesa es mía;
Gozaré de tu consolación.
Si el afán y la aflicción me llegan,
Estará tu mano junto a mí.
Y después, en la postrera siega,
Moraré ya junto a ti.

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