Mi Bendito Redentor
Hacia el Calvario, mi
Salvador,
Una mañana triste subió;
Y amarga muerte, llena de horror,
Sobre una cruz él por mí sufrió.
Una mañana triste subió;
Y amarga muerte, llena de horror,
Sobre una cruz él por mí sufrió.
¡Oh qué divino!
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
"Padre, perdona, ten
compasión,
Ellos no saben que hacen muy mal.
Mi vida entrego por salvación
Para que tengan paz celestial."
Ellos no saben que hacen muy mal.
Mi vida entrego por salvación
Para que tengan paz celestial."
¡Oh qué divino!
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
¡Oh cuánto le amo, mi
Amigo fiel!
Servirle quiero y honrarle más.
Mi vida toda es sólo de él,
Gloria a su nombre siempre jamás
Servirle quiero y honrarle más.
Mi vida toda es sólo de él,
Gloria a su nombre siempre jamás
¡Oh qué divino!
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
¡Oh qué precioso!
Miro su cuerpo sangrando por mí;
Y hoy canto alegre, vivo gozoso,
Desde ese día que en él creí.
Letra: Avis Burgeson
Christiansen
Segunda estrofa adaptada
por Julio C. Benítez, Iglesia Bautista la Gracia de Dios, Medellín
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