A solas al huerto yo voy
A solas al huerto yo voy,
Cuando duerme aún la floresta;
Y en quietud y paz con Jesús estoy
Oyendo absorto allí su voz
Cuando duerme aún la floresta;
Y en quietud y paz con Jesús estoy
Oyendo absorto allí su voz
El conmigo está, puedo oír su voz,
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
Tan dulce es la voz del
Señor,
Que las aves guardan silencio;
Y tan sólo se oye su voz de amor,
Que inmensa paz al alma da.
Que las aves guardan silencio;
Y tan sólo se oye su voz de amor,
Que inmensa paz al alma da.
El conmigo está, puedo oír su voz,
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
Con él encantando yo
estoy,
Aunque en torno llegue la noche;
Más me ordena ir, y a escuchar yo voy,
Su voz doquier la pena esté
Aunque en torno llegue la noche;
Más me ordena ir, y a escuchar yo voy,
Su voz doquier la pena esté
El conmigo está, puedo oír su voz,
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
Y que suyo dice, seré;
Y el encanto que hallo en él allí,
Con nadie tener podré
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