Un eterno y grande amor
Un eterno y
grande amor he podido conocer,
Por la gracia del Señor que me lo hace comprender.
¡Oh qué sueño arrobador! siento dulce calma y paz.
Para siempre es su amor; mío es él, no pido más.
Para siempre es su amor; mío es él, no pido más
Por la gracia del Señor que me lo hace comprender.
¡Oh qué sueño arrobador! siento dulce calma y paz.
Para siempre es su amor; mío es él, no pido más.
Para siempre es su amor; mío es él, no pido más
Más azul el cielo está,
tiene el campo más verdor,
Pero esto no verá el que no ama al Salvador.
Aves con más dulce voz, plantas bellas del vergel
Me hablan del amor de Dios: suyo soy, y mío es él.
Me hablan del amor de Dios: suyo soy, y mío es él
Pero esto no verá el que no ama al Salvador.
Aves con más dulce voz, plantas bellas del vergel
Me hablan del amor de Dios: suyo soy, y mío es él.
Me hablan del amor de Dios: suyo soy, y mío es él
Las alarmas y el
terror no me pueden ya alcanzar:
En los brazos del Señor puedo ahora descansar.
Ojala que siempre aquí, fiando en este amigo fiel,
Yo me acuerde que es así: suyo soy, y mío es él.
Yo me acuerde que es así: suyo soy, y mío es él.
En los brazos del Señor puedo ahora descansar.
Ojala que siempre aquí, fiando en este amigo fiel,
Yo me acuerde que es así: suyo soy, y mío es él.
Yo me acuerde que es así: suyo soy, y mío es él.
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